El transcurrir del tiempo nos brinda experiencias y sabiduría, pero también nos priva de muchas cosas, entre ellas, la capacidad visual. En particular, la degeneración macular por la edad y las cataratas son dos afecciones comunes en los adultos mayores. Los telómeros, pequeñas secciones del ADN relacionadas directamente con el envejecimiento, nos proporcionan una medida de la susceptibilidad a estas enfermedades, las cuales pueden disminuir nuestra visión y, en última instancia, llevarnos a la ceguera.
Los telómeros, pequeñas secciones de ADN ubicadas en los extremos de los cromosomas, que son las estructuras encargadas de resguardar nuestro material genético, funcionan de manera similar a candados. Su longitud desempeña un papel crucial en la salud y el aspecto de un individuo. Los telómeros largos están asociados con una mejor salud y una apariencia más juvenil, mientras que los telómeros cortos aumentan la susceptibilidad a enfermedades y aceleran el proceso de envejecimiento. Comprender cómo este material genético se relaciona con afecciones visuales como la degeneración macular por la edad y las cataratas nos brinda una mayor comprensión sobre cómo identificar y, en última instancia, atenuar estos problemas de salud visual.
La degeneración macular relacionada con la edad afecta a un considerable porcentaje de la población global y constituye la principal causa de pérdida de visión legal en el mundo. Esta afección se dirige hacia la mácula, la región del ojo responsable de la percepción de detalles finos, como las letras cuando leemos. Produce una reducción en la capacidad de la retina para transmitir información al cerebro, lo que, en casos sin tratamiento, puede resultar en la pérdida de visión.
Por otro lado, las cataratas son otra afección frecuente en adultos mayores y se caracterizan por la opacidad del cristalino del ojo. Esta opacidad puede ser provocada por diversos factores, como la exposición excesiva a la luz ultravioleta, la alimentación y otros elementos ambientales. La solución para las cataratas implica la extracción del cristalino y la inserción de una lente intraocular artificial. Sin embargo, es esencial tratarlas, ya que no solo afectan la visión, sino que también tienen un impacto significativo en la calidad de vida al limitar la confianza y la movilidad del individuo en su entorno.
Recientemente, un artículo publicado en IOVS destacó la estrecha relación entre la longitud de los telómeros y la degeneración macular relacionada con la edad. Este estudio revela la profunda conexión que existe entre este tipo de enfermedades relacionadas con el envejecimiento y las alteraciones en el ADN de nuestro organismo. Además, otra investigación proporciona pistas valiosas sobre cómo la longitud de los telómeros también está vinculada con la progresión de las cataratas en adultos mayores. Profundizar en la comprensión de cómo estos cambios se relacionan con enfermedades que no solo afectan la visión de las personas mayores, sino también su calidad de vida, se convierte en una empresa fundamental. Por tanto, es esencial invertir tiempo y esfuerzo en comprender, identificar y frenar el avance de estas afecciones.
En resumen, el envejecimiento, además de brindarnos experiencias, conlleva enfermedades que pueden menoscabar nuestra capacidad visual. Es esencial tomar medidas para limitar estos efectos negativos asociados con la edad y, en la medida de lo posible, mejorar la calidad de vida. Los telómeros pueden cambiar en respuesta a modificaciones en nuestro estilo de vida, como llevar una dieta más saludable y hacer ejercicio regularmente. Esto no solo influirá directamente en la longitud de los telómeros, sino que también contribuirá a prevenir enfermedades como las que hemos mencionado.
Emiliano Terán Bobadilla
Agradecimientos
Deseamos expresar nuestro agradecimiento a la Dra. Verónica Judith Picos Cárdenas por su valiosa contribución en la explicación de la genética de los telómeros.
Referencias
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Sanders, J. L., Iannaccone, A., Boudreau, R. M., Conley, Y. P., Opresko, P. L., Hsueh, W. C., ... & Health ABC Study. (2011). The association of cataract with leukocyte telomere length in older adults: defining a new marker of aging. Journals of Gerontology Series A: Biomedical Sciences and Medical Sciences, 66(6), 639-645. https://doi.org/10.1093/gerona/glr034
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