
En los medios nacionales se ha destacado recientemente el bajo presupuesto destinado a la Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación, un tema que debe ser motivo de reflexión y debate tanto en el ámbito científico local como nacional. Para entender mejor estos cambios, es pertinente analizar no solo los incrementos o disminuciones de un año a otro, sino también las tendencias de al menos los últimos diez años. Solo a través de esta perspectiva histórica podremos evaluar con justicia el impacto de las políticas científicas actuales.
Nuestra responsabilidad como académicos no se limita a generar conocimiento o recursos humanos. También implica la vigilancia de las políticas científicas actuales, evaluando tanto sus aciertos como sus potenciales fallas. Debemos señalar el impacto negativo que puede tener el uso ineficiente de los recursos públicos en el desarrollo de la ciencia, sin dejar de reconocer los logros que estas políticas han aportado.
Basándonos en el Diario Oficial de la Federación (2023-2025) y la Cuenta Pública del CONAHCyT (2012-2022), analizaremos el apoyo total, incluyendo el gasto central (becas de posgrado y Sistema Nacional de Investigadoras e Investigadores (SNII) entre otros) y los centros de investigación. A partir de estos datos, aplicamos un modelo de regresión lineal para calcular el incremento anual promedio, obteniendo este valor al dividir la pendiente del modelo entre la media aritmética de los valores de la variable dependiente y multiplicar el resultado por cien.

El monto total anual destinado a Ciencia, Tecnología e Innovación presenta dos fases. De 2012 a 2016, hubo un incremento anual promedio del 13 por ciento (t = 5.9, R square = 0.94, p = 0.027), seguido por un 6 por ciento anual desde 2017 al 2025 (t = 3.7, R square = 0.70, p = 0.009). Del 2024 al 2025, el incremento fue apenas del 0.3 por ciento, muy por debajo de la inflación del 3.5 por ciento, que refleja una reducción en términos reales.
Asimismo, el gasto en becas para estudiantes y miembros del SNII ha aumentado de manera constante en promedio un 9 por ciento anual lineal desde 2012 (t = 14.9, R square = 0.95, p < 0.0001). Sin embargo, del 2024 al 2025, el incremento del gasto central (que incluye las becas) fue solo del 2.4 por ciento, casi cuatro veces menor que el promedio anual de los últimos 13 años.
Además, el gasto en los centros de investigación sigue una tendencia similar al gasto total, con dos fases claras: de 2012 a 2016, un crecimiento lineal del 7 por ciento anual en promedio (t = 3.3, R square = 0.78, p = 0.04), mientras del 2017 a 2025 un incremento del 4 por ciento (t = 6.2, R square = 0.86, p < 0.001). Cabe destacar que entre 2024 y 2025, este rubro sufrió una reducción del 7 por ciento.
El análisis de los apoyos asignados para este año, comparado con las tendencias de los últimos 13 años, revela un retroceso preocupante en el incremento presupuestal destinado a ciencia y tecnología en México. Aunque el ideal sería alcanzar el 1 por ciento del Producto Interno Bruto como recomienda la ONU, actualmente apenas logramos el 0.18 por ciento, bastaría establecer un incremento anual mínimo.
Es imprescindible exigir al menos un incremento que iguale la inflación anual del 3.5 por ciento para evitar que el presupuesto pierda su valor real y garantizar así el desarrollo sostenido del sector científico. Mantener este incremento mínimo permitirá evitar retrocesos y continuar avanzando en la construcción de un entorno científico que beneficie tanto a los investigadores como a la sociedad en general.
En Sinaloa debemos reconocer el respaldo del gobierno estatal a la ciencia a través de la Coordinación General para el Fomento a la Investigación Científica e Innovación del Estado de Sinaloa (CONFIE), dirigida por el Dr. Carlos Káram Quiñonez. Este organismo ha sido fundamental para impulsar el desarrollo científico en el estado, brindando apoyo a estudiantes, investigadores y tecnólogos.
Gracias al amplio catálogo de convocatorias y financiamientos del CONFIE (https://confie.gob.mx), la ciencia en Sinaloa ha mantenido su crecimiento. Esperamos que este 2025 se continúe fortaleciendo este compromiso con la comunidad científica estatal.
Como científicos nuestra responsabilidad trasciende la generación de conocimiento: debemos garantizar que las políticas científicas en México sean las mejores para impulsar la producción científica en beneficio de la sociedad. Esto exige ser críticos y propositivos, no solo para avanzar en la ciencia, sino también para contribuir al bienestar colectivo. Confiamos en que las autoridades atiendan las demandas académicas y refuercen los apoyos necesarios.
Emiliano Terán Bobadilla
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